Lectura de la Biblia

por Universo Cristiano 05/10/2011 1 comentarios

Por  Octavio Pereña. Se dice que para vivir en este mundo no hace falta leer la Biblia, para vivir mal es cierto, pero imprescindible si se desea una vida abundante y con sentido. Cuando en el año 1569 se editó, traducida de los originales hebreo y griego la versión castellana de la Biblia conocida como Reina & Valera, no existía la posibilidad que se tiene hoy de poseer un ejemplar o más del Libro de Dios en casa. Para la mayoría de las personas de aquella época el único conocimiento bíblico que poseían procedía de las predicaciones centradas en la autoridad de la Escritura que hacían los reformadores. En aquellos día la Biblia en lengua vernácula estaba prohibida y quien tuviera un ejemplar en castellano lo tenía que mantener en secreto pus, si se descubría que se poseía el Libro prohibido la Inquisición se encargaba de hacer expiar el delito en la hoguera. Así y todo existía un activo transito clandestino de biblias y de comentarios religiosos escritos por los reformadores procedente del extranjero. En aquellos momentos de efervescente renovación religiosa se daba una fuerte necesidad de leer la Biblia en lengua vernácula. Para poder hacerlo se pagaba con la vida si era preciso.

Hoy la Biblia no es un libro prohibido. Se pueden poseer uno o más ejemplares sin miedo de morir por ello. Se la puede leer sin necesidad de dispensa eclesiástica. Cuando alrededor de 1445 Guttemberg empezó a utilizar la imprenta con tipos movibles que había inventado, se abarató la edición de libros y la Biblia se puso al alcance de las economías modestas. Con las facilidades que tenemos, ¿leemos la Biblia? La Biblia es el bestseller más vendido de manera permanente. Repito la pregunta: ¿se lee la Biblia? ¿Se abren sus tapas para saborear la sabiduría que guardan sus entrañas? Si nos acercamos al estante en donde se encuentra aparcado nuestro ejemplar de las Sagradas Escrituras nos daremos cuenta que está polvoriento y envuelto de telarañas, evidencia de que hace tiempo que no ha sido sacado de su sitio. Este olvido tiene sus consecuencias. La libertad política y religiosa que disfrutamos, las leyes que protegen los derechos de los trabajadores, las ordenanzas que garantizan la protección de los más débiles y otros privilegios que goza nuestra sociedad, todo ello se debe a la tradición judeocristiana que nos ha llegado a través de la Biblia. Si con nuestra negligencia impedimos que esta tradición siga ejerciendo su influencia, paulatinamente se irán perdiendo las libertades que hoy gozamos y regresaremos a una nueva etapa dictatorial de mal recuerdo para quienes hemos vivido la era de Franco. Se dan evidencias que muestran que la manera de vivir en el llamado mundo occidental en el que la Biblia ha ejercido influencia es muy distinta de la que se da en los países islámicos en la que prácticamente es inexistente y, en los que no nos gustaría vivir al haber conocido lo que tenemos. Se dan evidencias de que se regresa a un destino no deseado. Si no se pone remedio. Si permitimos que la Biblia quede escondida entre el polvo y las telarañas, el retroceso apresurará sus pasos y la manera de vivir que se da en los países islámicos que no deseamos, no nos tocará más remedio que experimentarla en nuestra propia carne o en la de nuestros hijos y nietos.

Al abrir la Biblia y dejarse guiar por sus enseñanzas hace del lector atento una persona crítica de las cosas que pasan en el mundo, le da fuerza para no capitular ante la degradación moral y ética que inunda a la sociedad. Lo trasforma en un inconformista de todo aquello que no se ajuste a la justicia. Por falta de la lectura atenta y reflexiva de la Biblia la capacidad crítica de la persona es una facultad que se pierde por falta del aceite que la engrasa. Es una lástima esta pérdida porque afecta al bienestar de todas las personas empezando por el propio.

El retroceso que se produce en mantener vivos los valores morales y éticos que dignifican al ser humano sólo tiene una causa: No se lee la Biblia, en primer lugar porque muchos que se consideran humanistas cristianos consideran que son fábulas todo lo que hace olor a lo sobrenatural en sus páginas. Estas personas por su manera de expresarse quitan a la gente el interés por leerla. Después, las iglesias que deberían fomentar el interés por la lectura del Libro de Dios no lo hacen porque quienes deberían ser sus pastores les da miedo que si sus feligrés son eruditos en la Palabra de Dios serán los críticos que desenmascararán su insolvencia doctrinal que hay en ellos.

Se lee muy poco a pesar de que por San Jorge, el Día del Libro, en los cajones de editoriales y librerías tintinean continuamente las monedas que caen en ellos. La razón se encuentra en que están desmotivados. No se lee porque no se siente necesidad de hacerlo.

¿Por qué malgastar el tiempo con un libro si para triunfar en la vida no se necesita la cultura? La mente no les pide alimento, se encuentra confortable con su apatía. En el campo de la Biblia sucede algo parecido. Las personas están satisfechas con la telebasura, que convierte en un estercolero el alma, el deporte que narcotiza la mente y la paraliza, el turismo que distrae momentáneamente el aburrimiento. Todas estas cosas impiden que la reflexión serena y profunda descubra que existen necesidades espirituales prioritarias. La excesiva preocupación por las cosas fugaces que no satisfacen roban el tiempo que debería dedicarse a la lectura y meditación de la Biblia. El resultado es que no se saborea su dulzura y se pierde la sabiduría que almacenan sus páginas y que daría placer a la vida desmotivada y aburrida que llevan. Se dice que para vivir en este mundo no se necesita leer la Biblia. Es cierto si lo que se perdigue es vivir de mala manera, pero es imprescindible si lo que se desea es una vida abundante y satisfactoria

Diario Siglo XXI


1 comentarios hasta ahora

Escribe un comentario
  1. rodolfo
    rodolfoAutor 06/10/2011

    sabia que en tiempos pasados no se permitia tener la biblia, porque el que mejor conoce la palabra de Dios, sabe que lo que dice la biblia es verdad y se cumple todo lo escrito y es nuestro enemigo satanas.

Añada un comentario ¡Sus datos están protegidos! Su correo electrónico no será publicado. No compartimos la información de nuestros usuarios con terceros. Todos los campos son requeridos.