Volver al Hogar

por Nohemí Quero 19/05/2021 0 comentarios

" Él es Dios que hace habitar en familia a los solos; Que saca a los aprisionados con grillos: Mas los rebeldes habitan en sequedad." Salmo 68:6

Una de las quejas más recurrentes en este tiempo de contingencia y que ha afectado a la gente emocionalmente tanto como el miedo a ser contagiado, es la carga emocional que implica tener que "Quedarse en Casa"...Una cultura que se fue alejando del Hogar cada generación un poco más y que abruptamente volvió al "Hogar", cualquiera que sea el significado para cada persona de esta palabra.

Mi hija Michelle de veinte años ha estado viviendo esta contingencia con homeoffice y universidad en línea. Como parte de su trabajo, diariamente debe conectarse a conferencias grupales vía Webex y cursos en vivo con sus compañeros de empresa. La mayoría de estos compañeros jóvenes no están casados, algunos son gays, otros divorciados, madres solteras, muchos se fueron a vivir solos o en “unión libre”, en fin sólo un mínimo porcentaje vive en “familia tradicional”...(sintomático de las filosofías existencialistas y nihilistas difundidas por los medios y enseñadas en escuelas y universidades que apuntan a: la desaparición de la familia).

Volviendo a las sesiones grupales de trabajo de Michelle, sucede que en ellas hay espacio diariamente para explayarse y abrir sus sentimientos tipo terapia grupal. Es increíble cómo éstos jóvenes que se podrían considerar una élite, que se diría que “tiene todo para ser felices” (éxito profesional con especialidades y maestrías, económico y social, independencia personal), colapsan y se desmoronan emocionalmente frente al grupo, verdaderos “dramas existenciales” de soledad, desesperación, desesperanza, depresión profunda, hartazgo y aburrimiento, ataques de ira, en fin, producto de falta de comprensión del propósito esencial de vida.

Han sido presa fácil de la puerta falsa del Humanismo. Como dice el hermano Kevin Swanson, se les ha enseñado que son producto de la casualidad o evolución de la especie, simple polvo cósmico... Curiosamente muchos de ellos han decidido regresar temporalmente a casa de sus padres durante la contingencia, aún con treinta o cuarenta años de edad! (recurren al Hogar en tiempos de crisis).

"Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de calles donde habitar." Isaías 58:12

Cabe resaltar que, producto de estas filosofías derivadas del Humanismo (el ser humano es el centro del universo), la moda actual entre los jóvenes de nuestra sociedad es dedicar sus vidas a la autosatisfacción, a pasarla bien y a obtener satisfacción a corto plazo. Se cree que el matrimonio atenta contra la libertad personal y que los hijos son un estorbo que hay que evitar. La familia tradicional es vista como un obstáculo que impide la búsqueda de la “verdadera” felicidad, enemigo de sus vidas egoístas. De manera que se evita sacrificio por el bien común a largo plazo, en aras de supuestamente “vivir el aquí y el ahora al máximo”.

Esta es la crisis de la desintoxicación, les han quitado sus drogas: relaciones superficiales y efímeras, fiestas y “reventones”, antros y vacaciones, sexo casual, escuelas, trabajo, “shopping eterno”, comunidades urbanas, etc. Todo aquello con que se “anestesia” la conciencia y hace olvidar la falta de paz interior trayendo felicidad momentánea se suspendió por la contingencia. El estilo de vida libertino tuvo que frenarse y que les queda? El Hogar se ha convertido en un hotel al que se llega cuando ya no hay nada más que hacer...los padres ya no representan los seres más entrañables ni cercanos para ellos y mucho menos ejemplo y influencia a seguir. Y de eso somos responsables los padres...

Sé que Solamente por Gracia inmerecida y con un propósito específico, Dios permitió a Michelle y sus hermanas Karen Elizabeth y Ana Paola ser Discipuladas en el Hogar desde su nacimiento, es decir nunca haber asistido a un colegio. LesSer parte de una familia consanguínea y espiritual, pues a Michelle le llegó su hora de “salir al mundo real” (trabajar) y ser luz, (como tanto nos recalcan a los “homeschoolers”), etapa previa a la graduación para la vida (el matrimonio) así que pido de sus oraciones por ella. Más nuestra confianza está en Dios y en sus promesas, en que Él respaldará la obediencia, en lo que le ha concedido de preparación, Él no deja avergonzados a los que en Él confían.

Y resulta que el gran dilema de la “famosa socialización” se ha convertido en la mayor fortaleza para ella. Me gozo y alabo a Dios cuando la escucho hablar y confortar vía redes sociales a esos compañeros que lloran necesitando aliento (necesitando a Dios en lo profundo), La gloria para Dios ante todo!!! Cuando jefes y compañeros la felicitan por sus valores y trato con la gente, cuando es responsable y firme buscando a Dios, cuando administra sabiamente sus ingresos, cuando destaca en su exámen de inglés de ingreso a la empresa (tenía que mencionarlo, jaja!), No tengo mayor gozo que saber que mis hijos andan en la verdad", 3 Juan 1:4.

¿Pero es diferente el escenario de crisis en medio de la Iglesia de Cristo?

Con tristeza digo no...la mayoría de personas se expresa con malestar, por decir lo menos, de tener que volver al Hogar, pues aunque físicamente encerrados, su corazón NO pertenece a ese Hogar (conformado por las personas que como familia viven juntos, incluyendo el espacio físico, la casa y las actividades que se desarrollan en él). Esto en sí mismo es una pandemia peor, mucho más peligrosa, silenciosa y fatal por sus consecuencias espirituales y eternas que la misma situación que enfrentamos y que ha alarmado tanto a la sociedad, su peligrosidad aumenta pues nadie parece darse cuenta y la mayoría ignora las consecuencias o poco les importa!

Muy pocos parecen notarlo, se dá por hecho que el estilo de vida que se acostumbraba, totalmente fuera del Hogar es "lo normal" y esto, aún en medio del Cuerpo de Cristo! El cuál se ha amoldado a este siglo a gran escala, con resultados desastrosos para la familia y la Iglesia.

Muy pocos, contados con una sola mano de la gente con la que he hablado, comentan que "apenas sintieron el cambio" porque sus hábitos y estilo de vida giran alrededor del Hogar más que de activismo, socialización, materialismo, consumismo y hedonismo, reflejo del vacío y la falta de contentamiento de nuestra época.

Aquellos que han podido disfrutar en su Hogar, son aquellos que se habían preparado mucho antes de este tiempo y cuyos corazones están en su Hogar y los suyos y no fuera. Ciertamente este mundo nos atrae constantemente hacia afuera, principalmente a nuestros jóvenes, ofreciendo diversas oportunidades de "hacer", dando valor a lo que nos haga sentir aceptados por lo que hacemos, más que por lo que ya SOMOS en Cristo. La familia debiera ser el lugar donde somos valorados por lo que somos, donde se valora lo interior y se cultiva la vida de Cristo y no el tener y hacer.

Somos la Iglesia de la generación a la que se le dió la valiosa oportunidad de volver al Hogar...de "No conformarnos a este siglo, sino transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento para que comprobemos cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta", (lo cual pocas veces significa agradable a mi carne o a mi concepción de la vida). La pregunta es: "Qué propósito divino individual y global hay en este alto en el camino?"

Definitivamente nuestros valores deben cambiar como hijos de Dios, si es que vamos a funcionar como luz y sal! Porque el contraste con la obscuridad y el desazón debe ser marcado, no acepta mimetismo...

Es tiempo de volver al Hogar y reconstruir las ruinas antiguas de muchas generaciones, como dice Isaías. Pregúntate la razón de por qué no disfrutas de tu Hogar. Sí, hay cierto grado de incomodidad al no poder estar en comunión, pasear, convivir, comprar, celebrar, etc. Y en cierto nivel es aceptable, pero lo que yo escucho vá más allá, es fobia de estar en el Hogar tanto tiempo, siendo éste el lugar que Dios diseñó para que fuera nuestro oasis, nuestro centro de convivencia, el núcleo de nuestro bienestar y del crecimiento espiritual. En cambio que tenemos?

Dios nos invita a ser parte de este avivamiento que no es superficial ni a "medias tintas". Es profundo y radical, es restaurador y comprometedor, nos requiere integralmente. Qué pasos te está llevando el Espíritu Santo a dar? Qué decisiones a tomar?

Saludos en Cristo,

Nohemí Quero de Legorreta

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